Brave (relato que envíe a Wambie a nombre de Maia)

Empieza un nuevo día, tú tomas tus auriculares, tus puertas hacia otro mundo, en el cual tu eres feliz. Empieza a sonar la canción Who You Are de Jessie J.  Sabes bien que cuando te bajes del bus todo volverá ser como siempre, por que ese bus que estás tomando es un pasaje de ida al mundo real, fuera de la música, un mundo en el que se burlan, se ríen de ti, te maldicen.  Se te vienen preguntas a la cabeza, preguntas que no tienen respuesta. ¿Por qué yo siempre sufro en este mundo? ¿Por qué todos son así? ¿Qué será de mi cuando bajé del bus? Nadie lo puede responder. Solo tú.  Al final, y con mucho miedo, bajas del bus. Entras, y ya están allí, mirándote con mala cara, esa cara que te hacen, te hiere. Sabiendo que estás triste, siguen, te observan y luego te critican. Aprovechan que eres débil, que no tienes poder ante ellos, para seguir burlando, para seguir lastimándote. Saben bien que éstas muriendo por dentro, que no lo soportas, pero ellos lo están disfrutando.  Te acercas a un grupo de chicas, ellas te miran y luego se secretean, tú te sigues haciendo preguntas. ¿Qué les he hecho yo para que me hagan esto? ¿Por qué siempre a mi me miran así? ¿Por qué disfrutan de tu sufrimiento? Tú caminas, sin un destino, sintiendo las burlas de los otros.  Se te caen lágrimas de los ojos, ¿cuándo se acabará esto?, ¿cuándo me dejarán de molestar así? No lo soportas. Necesitas a alguien que te comprenda, pero nadie lo hace, todos disfrutan, lo hacen, las lágrimas tocan el suelo, necesitas llorar.  Corres al baño. No estás bien. Te miras al espejo, tanto tiempo sufriendo, sin enfrentarlo. Estás muerta en tu interior, destrozada. Al final, las lagrimas empiezan a fluir, tocando el suelo. Te metes en tu mundo musical, otra vez suena la canción Who’s Laughing Now de Jessie J. Esa canción te comprende.  Piensas, piensas en ti, no en las burlas de los demás, en ti. Ellos jamás terminaran con esto. Yo lo haré primero. La última lágrima besa el suelo. Sales afuera. Eres fuerte, ellos no te harán nada, no te afectan más.  La brisa suave seca tus lágrimas. Tu das una vuelta, contemplando el mundo que te rodea, el mundo visto de ese modo es precioso. Eres libre. Pasas por los pasillos, allí están ellos, crueles, con sus burlas e insultos, pero tú ahora los miras diferente, esta vez los miras con lástima, pobres niños mimados, solamente son felices burlandote. Ahora tú te ríes de ellos. No lo entienden, hace dos minutos, sufrías, y ahora no. Es porque aprendiste a ser fuerte. Más fuerte y valiente que ellos.  Se terminó el día, el bus te espera, subes feliz, ya no vivirás más el infierno que vivías antes. Sacas una mano por la ventanilla, tocando la brisa, triunfante